En tiempos de Covid-19, en UTN San Francisco una cuestión central fue garantizar que se siguiera trabajando. No fue tarea fácil, ya que cada área, de una manera u otra, debió reinventarse para poder dar respuesta a las demandas para las cuales existía.
Así como el personal de la salud comenzó a dar batalla a una pandemia, y los trabajadores esenciales debieron arriesgarse para que las cosas siguieran su rumbo, en nuestra Facultad autoridades, docentes, nodocentes y todo trabajador se amoldaron a la situación y siguieron adelante para satisfacer las demandas incesantes.
Para el claustro nodocente, la pandemia influyó de distintas maneras. En la Oficina de Alumnos, por ejemplo, se cortó el contacto cara a cara con los estudiantes y la atención se trasladó a la virtualidad. Pero nunca se dejó de trabajar.
“Es un área que se encarga de muchas tareas. Atendemos todas las cuestiones académicas, tanto se refieran a docentes y a alumnos de las carreras que se dictan en nuestra regional, aparte de trámites que solicitan los alumnos. También tenemos en cuenta la organización del cursado, exámenes. Somos muchas, nos distribuimos las tareas entre varias, somos nueve personas en la oficina, todas mujeres, vale la pena resaltarlo. Tratamos de dar respuesta a los alumnos y docentes en cuanto a todas las inquietudes que ellos nos plantean, un trabajo que me gusta mucho”, aseguró Romina Jular, una de las trabajadoras nodocentes abocada a ese espacio.
En su caso en particular, su tarea comprende la realización de trámites de equivalencias, cambios de especialidad, y atención a alumnos en general. “Tratamos de tener todas conocimientos de las tareas del área, para poder dar respuesta lo antes posible a las cuestiones que surjan”.
La pandemia fue un cambio importante para las dos partes: tanto para la oficina como para el público que atendía, reconoció. “Pasar por la ventanilla y hacer la consulta o ir buscar el trámite, era siempre más sencillo. Y si bien ya veníamos utilizando correos y llamados telefónicos para comunicarnos, pasar a la virtualidad fue todo un desafío. Tratamos de hacerlo lo antes posible. Implementamos Whatsapp, correos electrónicos, los fuimos adecuando para los diferentes trámites, para que los chicos supieran dónde comunicarse de acuerdo a lo que necesitaba, y eso ayudo a dar una respuesta rápida”.
“Nunca dejamos de responder”, resaltó Romina, que agregó que siempre se trató de auxiliar a cada situación que surgía.
En ese sentido, comentó que desde hace un tiempo comenzó a implementarse la atención a través de videollamadas a partir de la plataforma Zoom, denominadas Oficinas Virtuales. “Fue tratando de que los chicos se conecten y que hagan su consulta pudiendo vernos, porque con cada chico que recién ingresa nosotras siempre hacemos un primer contacto, que es importantísimo, y algunos nunca pudieron experimentarlo”, explicó.
Por su parte, Romina se refirió a las bondades de sus tareas: “Lo que más me gusta es el contacto con los estudiantes. Poder darles respuesta a lo que va surgiendo. La parte académica me gusta mucho, me gusta el manejo de los trámites, de las reglamentaciones, entender todo eso para dar respuesta”.
“Y el vínculo que uno genera con los estudiantes, porque los vemos ingresar, transcurrir toda su carrera y finalizar el ciclo. Por ahí vienen ya graduados y nos pone felices ver que progresan como profesionales. Eso es muy lindo, creo que lo mejor que nos llevamos del área”, finalizó.